EE.UU. mantiene arancel de 10% a Chile

El pasado 2 de abril de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel general del 10% a las importaciones provenientes de la mayoría de sus socios comerciales, incluyendo a Chile. Esta medida, efectiva desde el 5 de abril, forma parte de una estrategia más amplia denominada “Día de la Liberación”, destinada a reequilibrar las relaciones económicas internacionales bajo el principio de tarifas recíprocas.

Contexto de los aranceles

La administración Trump justificó la implementación de estos aranceles invocando la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977 (IEEPA, por sus siglas en inglés), argumentando que el persistente déficit comercial de Estados Unidos constituye una emergencia nacional. Bajo esta premisa, se estableció un arancel base del 10% para todos los países, con excepciones para Canadá y México, y aranceles más elevados para 57 naciones específicas, dependiendo de sus prácticas comerciales y niveles de déficit con Estados Unidos. ​

Impacto en Chile

Chile, a pesar de mantener históricamente una relación comercial favorable con Estados Unidos, no fue exento de este arancel del 10%. El gobierno chileno interpretó que la pausa arancelaria anunciada posteriormente por Trump no aplicaba para este gravamen, por lo que las exportaciones chilenas seguirían sujetas al nuevo impuesto. El ministro de Hacienda de Chile, Mario Marcel, expresó su preocupación al respecto, señalando la incertidumbre que genera esta medida en el comercio bilateral. ​

Entre los productos chilenos más afectados se encuentran el cobre, frutas frescas, vinos y productos del mar, que representan una parte significativa de las exportaciones del país hacia Estados Unidos. La imposición de este arancel podría encarecer estos productos en el mercado estadounidense, reduciendo su competitividad y afectando a los productores y exportadores chilenos.​

Reacciones internacionales

La comunidad internacional reaccionó con preocupación ante la decisión de Estados Unidos. Líderes de la Unión Europea y el Reino Unido expresaron su descontento y señalaron la posibilidad de emprender acciones en respuesta. China, por su parte, fue objeto de un arancel aún más elevado del 125%, lo que intensificó las tensiones comerciales entre ambas potencias.

Economistas y analistas advirtieron sobre los riesgos de una guerra comercial a gran escala, que podría desacelerar el crecimiento económico global y afectar negativamente a múltiples sectores productivos.​

Perspectivas futuras

El gobierno chileno ha manifestado su intención de dialogar con las autoridades estadounidenses para buscar una solución que permita mitigar el impacto de estos aranceles en la economía nacional. Sin embargo, la postura firme de la administración Trump en materia comercial sugiere que las negociaciones podrían ser complejas y prolongadas.​

Mientras tanto, los exportadores chilenos deberán evaluar estrategias para adaptarse a este nuevo escenario, explorando mercados alternativos y buscando mejorar la competitividad de sus productos para mantener su presencia en el mercado estadounidense.​

En conclusión, la decisión de Estados Unidos de mantener un arancel del 10% a las importaciones desde Chile representa un desafío significativo para el comercio bilateral y plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones económicas entre ambos países en un contexto de creciente proteccionismo a nivel global.

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